viernes, noviembre 12, 2004

Los mocos, la piscina, el universo al fin y al cabo

Ayer fui a la piscina por la noche.

¿Que cómo lo sé?

No, no soy como esas brujas-tima-marujas que alargan las sintonizaciones de las teles nuevas. Yo no me voy a poner a presumir de mis poderes, los verdaderos supererues nunca lo hacemos (es nuestra diferencia con los supervillanos).(Además no creo que se pueda presumir de lo que se consigue con el propio esfuerzo y el trabajo constante. Cuando consigues tu meta, el proceso te ha hecho modesto. )

Y, tanto a mi como a las brujas, que obviamente carecemos de dones regalados, nuestro tiempo nos ha costado entrenar nuestra habilidad. Un largo proceso de aprendizaje voluntario y consciente nos ha llevado a desarrollar un instinto agudísimo, una percepción sensorial extra (que no extra sensorial) que nos permite captar hasta la más mínima traza de pista. Y así, resolver el pasado, el presente o, lo más fácil, el futuro. Observa que he dicho resolver y no adivinar. Los buenos analistas nunca le llamamos adivinar tiene demasiadas connotaciones de aleatoriedad, de caos.

Para aclarar las cosas, comentaré las ideas fundamentales de este arte.

- La aleatoriedad no existe, sólo la falta de capacidad del que analiza para tener en cuenta todos los datos.

- El mundo es un problema con solución. (Suena bonito, ¿verdad?) Quiero decir, que, cualquier variable (hecho, estado, color, posición...) se puede despejar de la maraña universal de relaciones entre variables y finalmente, sustituyendo todos los datos, se puede conocer su valor.

- Podemos resolver cualquier variable ya que todos los datos están a nuestra disposición. Este punto no es tan evidente como el primero. Los analistas clásicos lo daban por hecho y trabajaban sobre esa hipótesis. Pero, en 1923, Self, un eminente analista sueco, logró demostrarlo de una forma rápida y elegante. (La demostración que se basa en la paradoja del gato y la tostada excede los objetivos de este post, pero se puede encontrar en la bibliografía básica sobre la materia.)
Llevado a la práctica, este punto significa que el estado actual del entorno de cualquier persona contiene suficiente información como para conocer cualquier cosa del pasado, presente o futuro. (Esto último se conoce como teorema de Self.)

- El cerebro humano tiene capacidad de proceso suficiente para resolver el problema en un tiempo razonable (no más de minuto y medio para una persona media). (El sexo no es importante, aunque se han realizado divertidas pruebas al respecto.)

- El futuro es lo más fácil de conocer. El análisis del pasado y del presente conlleva ciertas dificultades.

El pasado, analizado con datos del presente (los más fáciles de conseguir) puede resultar ambiguo. Todos tenemos la experiencia de dos situaciones totalmente distintas que acaban desembocando en lo mismo. En realidad, es obvio, si conocemos la teoría anterior, que no desembocan en lo mismo sino en cosas muy parecidas. Pero, incluso para el observador entrenado, las diferencias pueden ser mínimas.

En cuanto al estudio del presente (nos referimos al presente no directamente perceptible, el presente de sitios lejanos más que nada), su dificultad estriba en la mínima influencia del pasado de las variables involucradas, en las variables observables para el analista. Obviamente, como en el caso anterior, las influencias deben existir para cumplir el teorema de Self.

El futuro, sin embargo está muy claro. Estando las cosas como están, sólo puede pasar lo que tiene que pasar. Lo que se suele llamar Destino, concepto totalmente compatible con esta teoría.



Pues, ahora que te he puesto en antecedentes, puedo seguir con lo de ir a la piscina.



Esta mañana, cuando me he levantado, no dejaba de moquear. Me he gastado medio rollo de papel de baño sonándome un agüilla gelatinosa y transparente. Me pasa cada vez que voy a la piscina por la noche.

Pero, en lugar de recordar que fui a la piscina, he aprovechado para practicar el análisis universal, cuyas directrices acabo de discutir, y he deducido que ayer, por la noche estuve nadando. (Impresionante, ¿verdad?) Y lo más impresionante es que todo el razonamiento no me llevó más de unas centésimas de segundo justo al despertarme. Claro que luego he usado la memoria para comprobar si realmente fui a la piscina, pero eso fue centésimas después.


Dejando a un lado el efecto que tienen mis mocos en mi pasado, la relación causa efecto en el sentido creciente del tiempo (es decir, el que ir a la piscina por la noche me produzca una abundante evacuación nasal) también tiene su interés.

Durante años he pensado que tenía alergia a ir a la piscina por la noche. Pero la verdad es que suena un poco raro, es como tener alergia a los pelos de gato cuando juega el Barsa o alergia al polen de las gramíneas cuando al coche le queda poca gasolina. Vamos, que no hace falta mucho análisis universal para encontrar que son variables bastante independientes.

Pero, esta mañana, mientras me duchaba para escribir el post, y le daba vueltas al tema, he encontrado la explicación: no era una alergia rara, solo una alergia de efecto retardado. No pienso poner el despertador para comprobarlo, pero estoy seguro de que el ataque de mocos, que me dura 4 horas, se produce siempre 11 horas después de salir del agua. Por eso, cuando nado a mediodía y salgo a las 14:00 no llego a notar los efectos. (Que deben producirse de 3:00 a 7:00, y que, al despertarme, ya se han acabado.)


Conclusión: tengo alergia de efecto retardado a nadar en la piscina a cualquier hora. Estoy peor de lo que pensaba.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Pues no sé si el comentario viene al caso... yo tb. soy alérgica. El médico me explicó que algunas alergias se producen, como dices tú, con efecto retardado pero algunas otras tb. se producen a determinada hora. (osea la reacción alérgica, en este caso tus mocos, porque la sustancia causante de dicha reacción ya está en tu cuerpo, y bueno puede esta determinada hora coincida con los partidos del Barca pero eso es irse por las ramas) y esto es porque nuestro reloj biológico tiene unas horas especiales relacionadas a este caso alérgico.
De hecho este doctor, me mostró la figura de un reloj en azul muy simpático donde se mostraba que a las 23.00 existe un riesgo muy alto a las reacciones alérgicas. Y a las 07:00 es cuando una persona alérgica al polen presenta los peores (o más marcados) síntomas.
Bueno, como dije antes no sé si viene al caso este comentario, pero la cosa es que tu estudio de los mocos coincide con el reloj biológico de mi doctor y su explicación de las alergias de efecto retardado, aunque segun el lo más común es que la reacción sea casi inmediata especialmente ante determinadas sustancias.
Pero lo mejor de todo aquí en este tema son las pastillas anti-alérgicas que te dejan totalemnte imperturbable y hasta medio sonriente aún ante un terremoto.

5:09 p. m.  

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