domingo, enero 09, 2005

Yo quiero ser un mono desnudo

Hasta hace poco, siempre me habían gustado los científicos porque dicen la verdad. Ahora les odio por buscarla.

Desmond Morris escribió "El mono desnudo", un libro de divulgación científica en el que intenta demostrar que nuestro comportamiento, supuestamente inteligente, racional y consciente, está guiado en su mayor parte por los instintos, que, a su vez, no son sino fruto de la evolución.
De ahí el título "El mono desnudo" que quiere decir que no somos más que un mono con menos pelo.

Pero, precisamente, hablar de forma consciente de los instintos es lo que más nos aleja de los animales. Desmond es el mejor contraejemplo para sus teorías.

Nosotros, le hemos pillado el truco a la evolución y gracias a esto, podemos pasarnos la vida planteándonos, analizando e incluso oponiéndonos a nuestros instintos.

Pero darse cuenta de que todo es un montaje casi nunca ayuda:
Los Reyes Magos dejan de funcionar cuando los descubres y estoy seguro de que Neo no volvió a disfrutar la sopa desde que supo que no había cuchara.

Pues, a mi me pasa lo mismo. Me gustaría poder pelearme por el sofá con una perra canival, pero no me gustan los perros. Cuando veo uno moviendo alegremente el rabo, saludando a su dueño, sólo pienso que es el fruto de generaciones de selección artificial. Tataranieto de un perro al que reprodujeron porque era más cariñoso que sus hermanos a los que, por aburridos, tal vez ejecutaron.

Espero no abrirle con esto los ojos a nadie. De hecho, me encantaría poder cerrarlos yo un rato


Anoche, cuando estaba pensando todo esto, vi a una niña por la ventana de mi cuarto y me dio mucha envidia. Estaba intentando jugar con su perro. Quería que la persiguiera. Ella simplemente miraba al perro y cuando este le devolvía la mirada, empezaba a correr. El perro no le hacía el más mínimo caso. La niña repetía su procedimiento una y otra vez y de vez en cuando, coincidía que el perro comenzaba a caminar en su misma dirección. Entonces la niña corría un ratito más rápido, mirando ilusionada a su perro que creía que jugaba con ella.


Pd: Gracias a la última de la fila por leerme despacio. Ponte buena.


Contenido en realidad: 100%

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Yo quiero ser un pez con corbata, pero no hay manera.

11:40 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Me encanta como escribes, eres genial, complicado pero intenso.
A veces es más bonito ver las cosas como te gustaría que fueran que como son en realidad. Es un poco infantil,pero...Bueno, mejor dejo las cursiladas para cuando hablemos, aunque así te vas a cansar antes de mí. Tienes que conocer al abuelillo y a la canibal y verás como un perro no es solo un animal irracional, es broma. Estudia, pero sin agobios, por favor. Nos vemos chico

12:34 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

"Los autores no vivimos del aire. Si te has leido algún post, deja un comentario".

Me han entrado remordimientos. Serán centenares los blogs en los que he entrado y no he dejado comentarios... Eres raro, pero entonces me digo que eres teleco y me gusta que seas raro. Mientras mis compañeras de facultad buscaban futuribles en Magisterio de Educación Física, yo vagaba por la ETSIT, embobada con las miradas perdidas de los alumnos, sus barbas de tres días, las conversaciones absolutamente incomprensibles (para mí) acerca de Álgebra o Sistemas Digitales, o Matemática Discreta, o Star Wars...

Una vez me colé en un laboratorio. Me carteé por e-mail con tres profesores de distintos departamentos de teleco... y... me sale otro post y no es plan :)

Emma

http://emmacuenta.blogia.com

2:27 a. m.  

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