jueves, noviembre 25, 2004

Una imagen...


Estos días he estado poniendo guapo el blog. Espero que perdoneis las 1000 palabras que no he podido escribir.

p.d.: el ojo es de Alber.

viernes, noviembre 19, 2004

La brecha digital (the digital gap)

La brecha digital pasa por mi casa.

Para el que no haya oido la expresión, se utiliza para referirse al elemento adicional de distanciamiento entre los paises "ricos" y los "pobres" que supone el nulo uso de las nuevas tecnologías de la información por los habitantes de estos últimos. El concepto se puede extender al interior de los paises "ricos" donde también existen grupos sociales que no tienen acceso a estas tecnologías.

Está bien dar la definición de las expresiones raras y/o nuevas cuando se habla de ellas a alguien que no conoces. La primera vez que me hablaron de brecha digital, fue uno de los diálogos más tontos que he tenido. Subía yo por las escaleras que llevan a la biblioteca flotante de teleco/informática (monumento al gasto y a los delirios de grandeza del arquitecto) cuando me encontre con un compañero que me preguntó:

-¿Vas a la conferencia?

-No, voy a estudiar un rato. Pero sí que he visto unos carteles, oye ¿de qué va? -me interesé sinceramente.

-...pues, mejor que te lo explique éste que está mas enterado.

-De la brecha digital. - Me espetó el citado enterado, y se quedó tan pancho.

Ante este desafío a mi pose de superculto-superinformado utilicé, de forma mas instintiva que consciente, un sutil truco que me podía ayudar a obtener algo más de información.

-Una vision general del tema ¿no? -A veces me sorprendo a mi mismo.

Su respuesta no me aclaró nada. Pero, como los diálogos entre desconocidos duran 4 intervenciones, a mi me tocó el hasta luego y el desconocido no le contará a nadie lo inculto que soy.

Esa misma noche, Google me explico lo que era la brecha digital. (Es lo bueno de estar en este lado.)



Pues sí, la brecha digital pasa por mi casa. Cruza por encima de la mesa del comedor. A un lado nos sentamos mi padre, mis dos hermanos y yo y al otro se sienta mi madre. En muchas comidas, la conversación deriva hacia la informática, o Internet y vemos como mi madre se aleja a bordo de su placa tectónica. Como no nos puede oir, se pone a pensar en sus cosas: en los pedidos, en los representantes, en los adornos de Navidad. Mientras tanto, al otro lado de la brecha, se habla de bytes, de Hertzios, de la IP del router, del muestreo de la tarjeta de sonido o de instalar el getright tras formatear el ordenador.



Esta brecha, al igual que dificulta las relaciones entre los paises, las puede complicar en mi familia. Como botón, un ejemplo.

Mi hermano Alberto, empezo el otro día a hablar con mi padre de las últimas páginas web que había visitado y a los 3 segundos apareció la brecha. Las páginas eran concretamente unos interesantes blogs que había descubierto.

Yo, conociendo el respeto de mi padre por nuestra intimidad y viendo a mi madre navegar cerca ya del horizonte, me atreví a decir que Alberto y yo también habíamos creado nuestros propios blogs. Y nos pusimos a comentar esta nueva moda. Entonces fue cuando mi padre dijo:

-Yo, el otro día entré en el blog de una prostituta.

La mirada de mi madre fue fulminante. (Y eso que cuando la miré, seguramente había descartado ya que blog significase prostíbulo y se estaba imaginando alguna página de telesexo pagada con visa.)

-Ahora entiendo el tiempo que te pasas en tu cuarto. - Dijo mi madre, menos enfadada de lo que yo temía (la confianza en mi padre le hacía esperar una explicación aceptable).

Mi padre siguió, con la sonrisa de quien se cree inocente:

-Que, ya sabes que en Internet yo no hablo con nadie ni nada de eso, (seguro que ese tema hace temblar menos a los del otro lado de la brecha) Sólo busco información.

La explicación no parecía demasiado aceptable; buscando información en el blog de una prostituta... Finalmente aclaró, acorralado, que había entrado de casualidad (era un blog muy famoso, con muchas visitas) y al entrar se dio cuenta de qué iba y salió inmediatamente. Solo entonces, mi madre, se quedó tranquila.


Contenido en realidad: 100%

viernes, noviembre 12, 2004

Los mocos, la piscina, el universo al fin y al cabo

Ayer fui a la piscina por la noche.

¿Que cómo lo sé?

No, no soy como esas brujas-tima-marujas que alargan las sintonizaciones de las teles nuevas. Yo no me voy a poner a presumir de mis poderes, los verdaderos supererues nunca lo hacemos (es nuestra diferencia con los supervillanos).(Además no creo que se pueda presumir de lo que se consigue con el propio esfuerzo y el trabajo constante. Cuando consigues tu meta, el proceso te ha hecho modesto. )

Y, tanto a mi como a las brujas, que obviamente carecemos de dones regalados, nuestro tiempo nos ha costado entrenar nuestra habilidad. Un largo proceso de aprendizaje voluntario y consciente nos ha llevado a desarrollar un instinto agudísimo, una percepción sensorial extra (que no extra sensorial) que nos permite captar hasta la más mínima traza de pista. Y así, resolver el pasado, el presente o, lo más fácil, el futuro. Observa que he dicho resolver y no adivinar. Los buenos analistas nunca le llamamos adivinar tiene demasiadas connotaciones de aleatoriedad, de caos.

Para aclarar las cosas, comentaré las ideas fundamentales de este arte.

- La aleatoriedad no existe, sólo la falta de capacidad del que analiza para tener en cuenta todos los datos.

- El mundo es un problema con solución. (Suena bonito, ¿verdad?) Quiero decir, que, cualquier variable (hecho, estado, color, posición...) se puede despejar de la maraña universal de relaciones entre variables y finalmente, sustituyendo todos los datos, se puede conocer su valor.

- Podemos resolver cualquier variable ya que todos los datos están a nuestra disposición. Este punto no es tan evidente como el primero. Los analistas clásicos lo daban por hecho y trabajaban sobre esa hipótesis. Pero, en 1923, Self, un eminente analista sueco, logró demostrarlo de una forma rápida y elegante. (La demostración que se basa en la paradoja del gato y la tostada excede los objetivos de este post, pero se puede encontrar en la bibliografía básica sobre la materia.)
Llevado a la práctica, este punto significa que el estado actual del entorno de cualquier persona contiene suficiente información como para conocer cualquier cosa del pasado, presente o futuro. (Esto último se conoce como teorema de Self.)

- El cerebro humano tiene capacidad de proceso suficiente para resolver el problema en un tiempo razonable (no más de minuto y medio para una persona media). (El sexo no es importante, aunque se han realizado divertidas pruebas al respecto.)

- El futuro es lo más fácil de conocer. El análisis del pasado y del presente conlleva ciertas dificultades.

El pasado, analizado con datos del presente (los más fáciles de conseguir) puede resultar ambiguo. Todos tenemos la experiencia de dos situaciones totalmente distintas que acaban desembocando en lo mismo. En realidad, es obvio, si conocemos la teoría anterior, que no desembocan en lo mismo sino en cosas muy parecidas. Pero, incluso para el observador entrenado, las diferencias pueden ser mínimas.

En cuanto al estudio del presente (nos referimos al presente no directamente perceptible, el presente de sitios lejanos más que nada), su dificultad estriba en la mínima influencia del pasado de las variables involucradas, en las variables observables para el analista. Obviamente, como en el caso anterior, las influencias deben existir para cumplir el teorema de Self.

El futuro, sin embargo está muy claro. Estando las cosas como están, sólo puede pasar lo que tiene que pasar. Lo que se suele llamar Destino, concepto totalmente compatible con esta teoría.



Pues, ahora que te he puesto en antecedentes, puedo seguir con lo de ir a la piscina.



Esta mañana, cuando me he levantado, no dejaba de moquear. Me he gastado medio rollo de papel de baño sonándome un agüilla gelatinosa y transparente. Me pasa cada vez que voy a la piscina por la noche.

Pero, en lugar de recordar que fui a la piscina, he aprovechado para practicar el análisis universal, cuyas directrices acabo de discutir, y he deducido que ayer, por la noche estuve nadando. (Impresionante, ¿verdad?) Y lo más impresionante es que todo el razonamiento no me llevó más de unas centésimas de segundo justo al despertarme. Claro que luego he usado la memoria para comprobar si realmente fui a la piscina, pero eso fue centésimas después.


Dejando a un lado el efecto que tienen mis mocos en mi pasado, la relación causa efecto en el sentido creciente del tiempo (es decir, el que ir a la piscina por la noche me produzca una abundante evacuación nasal) también tiene su interés.

Durante años he pensado que tenía alergia a ir a la piscina por la noche. Pero la verdad es que suena un poco raro, es como tener alergia a los pelos de gato cuando juega el Barsa o alergia al polen de las gramíneas cuando al coche le queda poca gasolina. Vamos, que no hace falta mucho análisis universal para encontrar que son variables bastante independientes.

Pero, esta mañana, mientras me duchaba para escribir el post, y le daba vueltas al tema, he encontrado la explicación: no era una alergia rara, solo una alergia de efecto retardado. No pienso poner el despertador para comprobarlo, pero estoy seguro de que el ataque de mocos, que me dura 4 horas, se produce siempre 11 horas después de salir del agua. Por eso, cuando nado a mediodía y salgo a las 14:00 no llego a notar los efectos. (Que deben producirse de 3:00 a 7:00, y que, al despertarme, ya se han acabado.)


Conclusión: tengo alergia de efecto retardado a nadar en la piscina a cualquier hora. Estoy peor de lo que pensaba.

viernes, noviembre 05, 2004

Cuaderno de bitácora. Fecha estelar 5 de noviembre estelar.

El planeta sigue en su órbita. Empiezo a dudar de que en realidad mañana se produzca el encuentro.